Noticias / By Alianza Diálesis es Vida
29 Febrero 2024
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una afección en la que los riñones comienzan a fallar y progresivamente dejan de cumplir su función de filtrar los desechos de la sangre. Esta condición tiende a estar acompañada de otras patologías como la hipertensión arterial o la diabetes. En el caso de la hipertensión, la presión arterial alta es tanto una causa como una complicación bastante común en la ERC.
Diversos estudios como el Prevention of Renal and Vascular Endstage Disease[1], existe una relación directa entre el control de la presión arterial y el riesgo de desarrollar ERC, lo que convierte a la hipertensión en una causa que contribuye a la falla renal.
Con el tiempo, si se desarrolla la ERC, puede generarse un proceso cíclico en el que, debido a la falta de eliminación del sodio y agua del cuerpo, se aumenta aún más la presión arterial, empeorando así el estado del riñón. Además, ambas patologías aumentan el riesgo de desarrollar otras enfermedades cardiovasculares.
¿Por qué la hipertensión sería una posible causa para la ERC?
En un riñón sano y funcional, existe un proceso de filtración autorregulado que mantiene el flujo sanguíneo y la presión capilar, el cual regula la presión arterial. Por el contrario, en un cuerpo con hipertensión, esta autorregulación se ve alterada, lo que puede causar disfunción en los glomérulos, que son los vasos sanguíneos del riñón, y provocar un deterioro progresivo de la función renal.
La hipertensión puede, con el tiempo, desarrollar una insuficiencia renal. Por lo tanto, una de las soluciones para tratar la ERC es intentar ralentizar el proceso mediante el control de la presión arterial. Sin embargo, aún no está claro el papel de la reducción de la presión arterial en pacientes con ERC, ya que no hay suficientes estudios que definan su importancia. A pesar de esto, es vital que los pacientes con ERC reciban tratamiento.
El manejo de la presión arterial se basa principalmente en cambios en el estilo de vida, como reducir el consumo de sal y cambiar hábitos, tales como dejar de fumar. La actividad física y el ejercicio también son esenciales para reducir la hipertensión y mejorar la calidad de vida del paciente.
Además del cuidado del estilo de vida, suele ser necesario recurrir a medicamentos para controlar la presión arterial y es el especialista médico quien debe indicar a los pacientes las terapias adecuadas. Los fármacos de primera línea que se suelen utilizar son inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA II), que han demostrado ralentizar el progreso de la ERC.
Es fundamental reconocer la importancia del control de la presión arterial en la prevención y el manejo de la ERC. Con una atención integral que aborde tanto la presión arterial como la función renal, se puede trabajar hacia una mejor gestión de la enfermedad renal y la reducción de los impactos negativos en la salud.
[1] https://research.rug.nl/en/datasets/prevention-of-renal-and-vascular-end-stage-disease-prevend