El diagnóstico de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) no solo implica un desafío físico, sino también un viaje emocional a través de diversas etapas para poder adaptarse a ella. Desde la negación hasta la aceptación, cada fase revela la complejidad de vivir con esta condición.
Las personas con Enfermedad Renal Crónica (ERC) pueden atravesar un complejo proceso de adaptación a su nueva realidad, marcado por diversas etapas emocionales. Estas, según el Manual Educativo para el Paciente en Diálisis y Trasplantado de la Asociación de Dializados y Trasplantados de Chile (ASODI), son fundamentales para comprender y abordar los desafíos de vivir con esta patología crónica.
A continuación, exploramos las 5 etapas de adaptación de los pacientes que viven con ERC:
- Negación: suele ocurrir al recibir el diagnóstico. Algunas personas pueden experimentar alivio al finalmente conocer la causa de sus problemas de salud, mientras que otras pueden entrar en un estado de negación absoluta y atravesar un período inicial de shock e incredulidad. Quienes se ven afectados negativamente por el diagnóstico, pueden buscar soluciones en tratamientos naturales o alternativos que pueden llevara gastos significativos o a riesgos para la salud.
- Miedo: esta etapa se caracteriza por la incertidumbre frente a lo desconocido que pueden sentir los pacientes al cuestionar su futuro, su capacidad para trabajar y cómo comunicar su enfermedad a los demás. La educación, información confiable de la enfermedad y el apoyo de grupos específicos pueden ayudar a calmar los temores y reducir la sensación de soledad.
- Enojo o frustración: esta fase afecta tanto a los pacientes como a sus familiares. La imposibilidad de realizar tareas cotidianas puede generar sentimientos negativos y afectar las relaciones. El enojo puede canalizarse de manera positiva para buscar soluciones, pero también puede volverse destructivo si se expresa de manera aislante.
- Duelo o depresión: surge ante la pérdida de la vida anterior y las limitaciones impuestas por la enfermedad. Es crucial reconocer los signos de depresión y buscar ayuda profesional cuando sea necesario. El manejo de esta etapa implica estrategias de aceptación y apoyo psicológico.
- Aceptación: la útlima etapa no implica resignación, sino el reconocimiento y adaptación a la nueva realidad o vida que se llevará al vivir con ERC. Aceptar la enfermedad significa hacer cambios significativos en la vida cotidiana, proyectos y metas, de acuerdo con las capacidades físicas y emocionales de cada persona. La autoaceptación juega un papel clave y es el paso previo a la aceptación, ya que permite liberarse de cargas y abrirse a la transformación.
Para finalizar, el proceso de adaptación a la Enfermedad Renal Crónica es complejo y requiere tiempo. Aceptar vivir con ERC no es rendirse, sino encontrar las herramientas para afrontar la condición y buscar soluciones médicas y psicológicas que apoyen o devuelvan el bienestar. Durante este proceso, el apoyo de familiares, amigos, cercanos y profesionales de la salud es fundamental.