Noticias / By Alianza Diálesis es Vida
21 Septiembre 2023
Según indica la Sociedad Chilena de Nefrología (Sochinefro), quienes tienen más posibilidades de padecer una nefropatía por analgésicos “son las mujeres mayores de 30 años, ya que son quienes más sufren de patologías asociadas a dolor crónico y que además se automedican regularmente con analgésicos”.
La nefropatía por analgésicos es el daño que se produce a nivel renal producto del consumo excesivo de ese tipo de fármacos, riesgo que tiende a aumentar en la medida que se profundiza su uso indiscriminado, sin indicación médica.
Respecto de ello, la vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Enfermería en Diálisis y Trasplante (Senferdialt) y representante de la Alianza Diálisis es Vida, Patricia Gallegos, sostiene que “tanto el consumo de medicamentos en forma aguda en altas dosis, como el consumo crónico de medicamentos nefrotóxicos (seis o más pastillas diarias por tres años) pueden condicionar un daño renal”.
En relación con el grupo más propenso a padecer este tipo de nefropatía, Gallegos sostiene que “se observa, sobre todo, en pacientes que ya padecen de alguna Enfermedad Renal Crónica (ERC) o de insuficiencia cardiaca avanzada, ya que en dichas enfermedades el consumo en altas dosis de estos fármacos descompensa el frágil equilibrio de la circulación dentro del riñón”. Sin embargo, señala que la población general también puede llegar a padecer un problema renal por abuso de medicamentos.
En ese sentido, Gallegos coincide con un artículo de la Sociedad Chilena de Nefrología que indica que otro de los segmentos proclives a esta afección “son las mujeres mayores de 30 años, ya que son quienes más sufren de patologías asociadas a dolor crónico y que además se automedican regularmente con analgésicos”. Pese a ello, precisa que este daño suele ser reversible si es identificado a tiempo.
Respecto de los síntomas y el daño que produce al organismo, la representante de la Alianza Diálisis es Vida manifiesta que se trata de una enfermedad silenciosa, incluso hasta etapas bien avanzadas, que se caracteriza por necrosis de las papilas renales, así como inflamación del riñón o nefritis intersticial crónica.
“Los síntomas que se dan con mayor frecuencia son: la hematuria (orina con presencia de sangre); el aumento de la frecuencia miccional, nicturia (orinar muchas veces de noche); dolor súbito en la zona donde están los riñones; y síntomas propios de una insuficiencia renal crónica avanzada, como fatigabilidad, edema, palidez, inapetencia, o disminución de la orina”, agregó.
Producto de esta situación y tras el creciente aumento de personas con ERC (entre un 4,9% y 12%), la enfermera sostiene que “la Estrategia Nacional de Salud 2021-2030 definió el objetivo de impacto para disminuir la prevalencia de Enfermedad Renal Crónica en la población y sus complicaciones. Esto, tomando en consideración la necesidad de medidas poblacionales para disminuir los casos nuevos de ERC, aumentar la cobertura diagnóstica y de tratamiento de los principales factores de riesgo, aumentar la cobertura diagnóstica en los grupos de riesgo de ERC y disminuir el consumo de fármacos nefrotóxicos, como los antiinflamatorios no esteroidales”.
Diagnóstico y tratamiento
La vicepresidenta de la Senferdialt enfatiza que es necesario hacer exámenes dirigidos con el fin de determinar si las personas que usan crónicamente analgésicos tienen compromiso o daño renal. Para ello, existen exámenes que están disponibles en la Atención Primaria como son la creatinina en la sangre, examen de orina completo y pesquisa de proteinuria y albuminuria.
Asimismo, plantea que se debe revisar si existen “anormalidades del sedimento urinario, principalmente hematuria y las imágenes renales, ya que pueden indicar también daño renal y se consideran estudios complementarios a la búsqueda de proteinuria”, afirma.
En cuanto a los tratamientos, explica que “va a depender del grado de avance que tenga el daño renal. Siempre se debe suspender el uso de cualquier analgésico y antiinflamatorio y tomar las medidas comunes a todas las enfermedades renales crónicas”. Algunas de ellas son controlar y mantener estabilizada la presión arterial, bajar el consumo de sal y proteínas de origen animal, evitar el uso de otros nefrotóxicos, y usar medicamentos que ayudan a retardar la progresión de la ERC.
Finalmente, hace un llamado como Sociedad Chilena de Enfermería en Diálisis y Trasplante, a seguir las siguientes recomendaciones: