Noticias / By Alianza Diálesis es Vida
13 Abril 2023
En Chile cerca de 23 mil personas se dializan al año y para esto los accesos vasculares son un procedimiento fundamental para el tratamiento del paciente. Según la organización de salud estadounidense National Kidney Foundation, “el acceso para hemodiálisis o acceso vascular es una manera de acceder a su sangre para la hemodiálisis. Permite que la sangre viaje por tubos flexibles hacia la máquina de diálisis, en donde se limpia al pasar por un filtro especial denominado dializador”.
En línea con ello, Miguel Vargas, representante en Chile del Consejo Latinoamericano y del Caribe de Organizaciones de pacientes Trasplantados y en Situación de Trasplante (Claycop) y miembro de la Alianza Diálisis es Vida, y quien se dializa hace más de 30 años, explicó que a nivel del acceso vascular para la hemodiálisis existen dos tipos de tratamiento, uno realizado a través de una fístula y otro con un catéter.
Según sostuvo, “el catéter es una incisión que se hace por el cuello o en la parte del abdomen superior o a veces en las piernas, que tiene que estar adosado a la piel. En cambio, la fístula está al interior de la piel”. En relación con las diferencias que existen entre catéter y fístula señaló que “con el catéter existen muchas más posibilidades de infección que con la fístula. Aparte de eso, la fístula tiene otra característica muy importante, que es que puede resistir un mayor flujo de diálisis. Es decir, puede dar una mejor diálisis”.
Junto con ello, explicó que “el catéter es mucho más invasivo y destroza un poco el capital venoso de la persona. Prácticamente se pone como urgencia, pero hoy en día se ha empezado a implementar de tal manera que se puede utilizar con más tiempo en las sesiones de diálisis”. Lo anterior, producto de que en la actualidad es más difícil acceder a los cirujanos vasculares que son quienes instalan las fístulas. Esta situación no se da solo en Chile, sino que a nivel sudamericano”.
En relación con la ventaja del uso de la fístula, agregó que “yo cuando entré a la diálisis, llegué con potasio sumamente alto, por lo que los médicos me tuvieron que poner un catéter para que a través de él me pudiera dializar. Si no, mi vida corría un riesgo muy grande. Así, a través de ese catéter comencé mi tratamiento. Mientras me dializaba busqué pasar al uso de fístula: primero me hice una que no tuvo mucho éxito, pero después me hicieron otra que tuvo un éxito rotundo. Tal es así que tengo una que me ha durado más de 30 años. Soy el ejemplo de muchos cirujanos vasculares, porque a veces tampoco las fístulas duran tanto”.
En esa línea Miguel Vargas entregó consejos para cuidar este tipo de acceso vascular, de modo de mantenerlo en las mejores condiciones posibles. “Es importante mantenerla lo más limpia posible, tratar de lavarla antes de ingresar a la diálisis para que esté totalmente limpia, evitar que se presione con alguna ropa o que se golpee con algo que pueda dañarla”, dijo.
Asimismo, puntualizó que es necesario “acudir por lo menos una vez o cada dos veces al año a un control médico, para controlar que esté en buenas condiciones o repararla oportunamente en el caso en que sea necesario. La fístula, al igual que el catéter, puede trombosarse y puede dejar de servir. Por eso es tan importante que el paciente tenga una cierta rigurosidad en la asistencia a la verificación de la fístula, que la puedan ver y tratar para que le pueda durar más tiempo, y con esto tener una mejor calidad de vida”.
Respecto de la situación actual de los accesos vasculares en el país, alertó que “hoy hay más de un 45% de pacientes que se dializan con fístula. Según un estudio de la Sociedad Chilena de Nefrología (Sochinefro), publicado en enero de 2022, cada año se va notando un aumento en las personas que se dializan con catéter y no con fístula, y ese es el gran problema que atravesamos”.
En virtud de ello, “como Alianza Diálisis es Vida uno de los factores que queremos desarrollar es que se puedan hacer mayor cantidad de fístulas y evitar justamente que las personas se dialicen con catéter y así puedan tener una mejor calidad de vida”.
Por esto, hizo un llamado a las autoridades de salud para que “a través de los diferentes hospitales que tienen con sus cirujanos vasculares, puedan empezar a hacer turnos diferentes, claramente establecidos, porque los cirujanos vasculares tienen una sobrecarga de trabajo. Tal vez se podría hacer un piloto, los fines de semana, y poder hacer fístulas a los pacientes que lo requieran”.
Finalmente, cerró diciendo que todo esto es “un tema grande a nivel país, es un tema que se tiene que solucionar y esperamos que se pueda ir solucionando desde los hospitales, desde los centros privados y desde iniciativas como las que desarrolla la Asociación de Dializados y Trasplantados de Chile (Asodi), para instalar fístulas para los pacientes”.